The Hell of Copper (L'Enfer du Cuivre)

© Nyaba Ouedraogo
© Nyaba Ouedraogo
© Nyaba Ouedraogo


En los últimos años, Ghana se ha convertido en uno de los principales países que reciben materiales eléctricos de desecho procedentes de Europa y Estados Unidos. En "The Hell of Copper" yo quería ser lo más preciso posible, sin mostrar mis imágenes por lo que representan, sino por lo que transmiten. Estos miles de computadoras usadas tienen consecuencias dramáticas para el medio ambiente y la salud de los trabajadores.

En Accra, la capital de Ghana, un verdadero comercio minorista se ha establecido en torno al tráfico de la "basura electrónica". Se trata de un negocio ilegal, pero tolerado, ya que genera enormes cantidades de dinero. Ghaneses que viven en Europa y Estados Unidos recogen los ordenadores usados y los envían por barco hasta el puerto de Tema, donde los mayoristas compran los cargamentos. Las máquinas se ponen entonces en camino hacia Accra, donde los compradores las adquieren y son quemadas por niños. El cobre que se obtiene se revende luego a los nigerianos o los indios, que lo reconvierten todo para hacer joyería que se vende a bajo precio en Europa. En el mundo existen varios cementerios para los equipos - Nigeria, Vietnam, India, China, Filipinas - como el que existe en el mercado Aglobloshie. Según la ONU, hasta 50 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos se desechan en el mundo cada año. Por lo tanto, la basura de los ricos envenena a los niños de los pobres.

Desastrosas condiciones de trabajo

El vertedero en el Mercado Aglobloshie se extiende sobre 10 kilómetros. Desde el amanecer hasta el anochecer, decenas de jóvenes ghaneses, de 10 a 25 años de edad, se agotan haciendo esto, siete días a la semana. Su misión es desmontar las viejas computadoras y quemar ciertos plásticos o componentes de caucho para entresacar el preciado cobre, que luego será revendido. Todo se hace a mano o con barras de hierro, herramientas improvisadas que se encuentran entre la basura. Ellos no tienen ni máscaras ni guantes. No hay siquiera inodoros en funcionamiento.

Una catástrofe para la salud y el mediambiente
Los niños del mercado Aglobloshie están expuestos a sustancias y materiales que son especialmente dañinas para su salud, algo que Greenpeace analizó en un informe publicado en 2008:
-Plomo: se encuentra principalmente en los tubos catódicos y monitores, puede dañar los sistemas nervioso, reproductivo y circulatorio
-Mercurio: se encuentra en las pantallas planas, puede dañar el sistema nervioso y el cerebro, especialmente en niños pequeños
-Cadmio: se encuentra en las baterías de ordenador, este producto tóxico es peligroso para los riñones y los huesos
-PVC: cuando se quema, este plástico que se usa para aislar los cables eléctricos emite sustancias químicas cancerígenas  que pueden causar problemas respiratorios, cardiovasculares y dermatológicas.
Las sustancias tóxicas que se desprenden durante la combustión también contaminan el agua y la tierra del vertedero, que vacas y ovejas utilizan para pastos en medio de las carcasas de los ordenadores. El planeta y sus habitantes viven a través de la electrónica. Ahora la gente debe entender las injusticias y las tristes consecuencias ambientales y humanas de nuestra economía electrónica global.

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